Nuestras vacaciones en Cortijo El Chorreadero fueron alucinantes! Durante el día hicimos senderismo por los alrededores y pescamos en el río. ¡Fue total! Después de tanto ejercicio, nos relajamos en la piscina, admirando las vistas y disfrutando del atardecer en el porche. Las habitaciones eran espaciosas y tenían baño propio, lo cual fue muy cómodo. La anfitriona fue superamable y siempre estuvo dispuesta a ayudarnos. Además, las duchas tenían buena presión y temperatura perfecta. Fue una experiencia genial.

Lo único que nos hubiera gustado es que hubiera algún lugar cercano para salir por la noche, como un bar o una discoteca. Nos gusta ir de fiesta y nos hubiera encantado tener esa opción cerca.

La decoración del hotel es encantadora, con detalles acogedores y confortables. Los espacios comunes son amplios y bien iluminados, lo que facilita el desplazamiento de las personas mayores. Además, el hotel cuenta con rampas y ascensores que hacen que sea accesible para todos.

Me gustaría que hubiera más actividades y entretenimiento para las personas mayores, especialmente durante la noche. Sería maravilloso tener música en vivo o juegos de mesa para disfrutar en compañía de los demás huéspedes.

El cortijo es hermoso, con un entorno maravilloso y vistas espectaculares. Las habitaciones son amplias y cómodas, con baño privado. El servicio de catering de Ángel y María es excepcional, no hay personas más serviciales que ellos. El atardecer en el porche o en la piscina es simplemente precioso. La presión y temperatura de las duchas son perfectas. La propietaria es educada y siempre dispuesta a ayudar. es genial poder llevar a mis mascotas.

Me sentí como en casa, no he tenido ningún inconveniente.

Qué vistas espectaculares! El entorno y el atardecer desde el porche son impresionantes, definitivamente vale la pena. Además, las habitaciones son amplias y cómodas, cada una con su propio baño. La atención de María José es excelente, siempre dispuesta a garantizar una estancia agradable.

Hubo ciertos aspectos negativos durante nuestra estancia. El primer problema fue el calor insoportable en las habitaciones debido a la falta de aire acondicionado.

Qué divertido fue ver a la dueña regando y tendiendo la ropa desde mi habitación! Y qué suerte poder escuchar sus novelas turcas a las 4 de la madrugada. La piscina y las vistas son lo único bueno

Un rollo de papel higiénico, una pata de la cama rota, sin mosquiteras, horarios de entrada y salida ridículos y un suplemento de pago para salir más tarde. Pero qué tonterías, ¿verdad?